NO TODO
TIENE UN PRECIO
La vida en un ambiente capitalista acostumbra al espíritu… a aquilatar también el valor de las cosas que se sitúan fuera de
la esfera económica; esto quiere decir, a valorar las cosas y las personas
midiéndolas con su valor pecuniario. De esta manera, respecto a las cosas se
pierde el sentido de lo que sencillamente es bello sin más, de aquello que es
solamente la perfección de la forma, es
decir el sentido artístico propiamente dicho, que ni se puede cuantificar ni
pensar ni medir.
El valor se convierte en precio, que es medible, la grandeza
se confunde con lo grande y el éxito se ve reducido a riqueza constante y
sonante: “Tener éxito significa siempre adelantarse a otros, ser más grande.
W. Sombart.
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